En este articulo y en la medida de lo posible me centraré en abrir la mirada, a ti mi querido lector, a tres grandes movimientos invisibles que se dan detrás de un síntoma, según mi observación y experiencia a través de mis consultantes y alumnos: 1. ¿Quién ha sido rechazado? (todo lo que forma parte de tu destino familiar y de tu destino personal no lo puedes diseccionar, eliminar o borrar, nada sobra y todo es importante, si algo lo quieres obviar, apartar o "desalojar" de tu corazón, tu cuerpo se ocupará de cargarlo) 2. ¿Cuál es la buena intención del síntoma? (en realidad tu síntoma cuida de ti, no está para molestarte o para instalarse, sino para recordarte lo que en tu corazón todavía no le has hecho un buen lugar) 3. ¿Donde está la solución? (la solución está en el alma, ella te comunica mediante el síntoma a quién te falta mirar, reverenciar o integrar).
Por lo tanto, visto así y dándole otro significado más almico a la palabra síntoma diríamos que es: Algo o alguien que te has dejado sin tomar en tu corazón.
He observado, que aquellas personas que te son más difíciles de llevar a tu corazón, sean de tu familia de origen o de tu propio destino individual son en realidad, por paradójico que te parezca, tu fuente de salud. El ego busca separar, el alma busca integrar y el cuerpo solo se ocupa de cargar lo inconcluso.
Personalmente, lo que mas me ha a ayudado a dar los mayores saltos evolutivos en mi vida han sido mis síntomas. Con 12 años experimenté una gran crisis existencial acompañada con ataques de ansiedad y taquicardias continuas. Todo empezó una noche de mi adolescencia, aún hoy sigo sin saber si dormía o estaba despierto, vi y sentí como la muerte se presentaba delante de mí y entonces conecte con un miedo muy profundo, tal era el peso de su presencia que sentí desaparecer y desintegrarme en la nada absoluta. Tal vez algunos místicos dirían que se trató de mi noche oscura del alma. Para mí esta vivencia fue ni mas ni menos que un viaje de retorno al útero materno, los segundos me parecieron años. Sin embargo, esta ansiedad, taquicardias y miedo me llevaron a un despertar espiritual y fue a partir de ese momento que entré en contacto con el Tarot. Mis síntomas me alinearon con mi misión de vida. Desde esta vivencia puedo decir: No hay que temer al síntoma, sino que hay que aprender a comunicar con él.
El significado del termino enfermedad proviene del latín "infirmitas". Significa literalmente "falto de firmeza". Para mí la firmeza interna está en saber ocupar el lugar que te toca por orden cronológico y jerárquico dentro tu familia de origen (y siempre insisto, sin dejar de revisarte). ¿Porque? Porque es tentador salirte de tu sitio, porque por condición humana todos en menor o mayor medida buscamos amor, reconocimiento o aprobación y desde aquí nos entrometemos en los destinos ajenos. Para mí la debilidad interna está en ignorar u olvidar el lugar que te toca por destino ocupar dentro de tu familia de origen. Queda claro mentalmente que uno es hijo con sus padres, hermano con sus hermanos, sobrino con sus tíos, nieto con sus abuelos, bisnieto con sus bisabuelos. Pero para un niño no existe esta diferenciación racional y consciente. Desde la conciencia infantil queremos ser importantes, vistos, queridos, aceptados, pertenecientes y entonces nos ubicamos allí donde sentimos que podemos ser útiles. A esto le llamo arrogancia o omnipotencia del niño interior. Que cree que puede hacer felices, salvar, unir o curar a sus padres o familia. Ponernos en un lugar que no es el que nos toca por orden de nacimiento es antinatural, forzado y por consiguiente deteriora la salud. Visto así, el síntoma sería la cúspide de una torre que es la enfermedad. Dicho de otra forma, el síntoma es el aviso de una arrogancia inconsciente que es necesario mirar de frente y la enfermedad como tal es la persistencia de esta arrogancia que no se ha sido vista y transformada en humildad. Lo natural y por lo tanto saludable es ocupar el último lugar con respecto a los padres, tíos, abuelos y bisabuelos. Lo antinatural y por lo tanto enfermizo es tratar de sustituir a mamá, a papá, a un tío, a un abuelo o a un bisabuelo. ¿Cómo sabes si estás en tu sitio y no en el sitio de un ancestro? Si la vida es fácil, fluida y si te llega lo que necesitas sin esfuerzo o enormes sacrificios, estás bien colocado. Si la vida es difícil, enredada y si todo se te hace cuesta arriba, estás mal colocado. Por lo tanto la primera pregunta que te invito a plantearte es: ¿Cómo estoy situado/a en mi familia, ahora?
Tuve la gran oportunidad durante algunos años de combinar mi trabajo sanador con el Tarot, con mi trabajo como Naturopata y asesor dietetico en una tienda de alimentación ecológica. Todos los días hablaba con cientos de personas, y cuando ahondaba un poco en su historia de vida, terminaba descubriendo que todos estaban enojados con alguien de su familia o de su pasado. La rabia es enfado. Y enfadarse es rechazar. Y rechazar a un ancestro o a alguien que forme parte de tu destino, es negar la realidad que te ha tocado vivir. La negación del corazón, es la condena del cuerpo. Evidentemente, para llevar lo que ha dolido en la familia, o lo que te ha dolido de tu destino a tu corazón, primero hay que liberar en un contexto o marco terapéutico la queja, la rabia, el dolor y el juicio. Para después ir hacia un asumir completo, una gratitud completa y un perdón completo hacia uno mismo. Por lo tanto la segunda pregunta que te invito a plantearte es: ¿Con quién estoy enfadado/a? Cuando miro de frente lo que me dolió y lo asumo en lugar de culparme o acusar a nadie, entonces puedo a continuación perdonarme a mi mismo y cerrar los capítulos del pasado que quedaron abiertos y los cuales me estaban robando la energía vital y en definitiva, la salud.
He observado, que aquellas personas que te son más difíciles de llevar a tu corazón, sean de tu familia de origen o de tu propio destino individual son en realidad, por paradójico que te parezca, tu fuente de salud. El ego busca separar, el alma busca integrar y el cuerpo solo se ocupa de cargar lo inconcluso.
Personalmente, lo que mas me ha a ayudado a dar los mayores saltos evolutivos en mi vida han sido mis síntomas. Con 12 años experimenté una gran crisis existencial acompañada con ataques de ansiedad y taquicardias continuas. Todo empezó una noche de mi adolescencia, aún hoy sigo sin saber si dormía o estaba despierto, vi y sentí como la muerte se presentaba delante de mí y entonces conecte con un miedo muy profundo, tal era el peso de su presencia que sentí desaparecer y desintegrarme en la nada absoluta. Tal vez algunos místicos dirían que se trató de mi noche oscura del alma. Para mí esta vivencia fue ni mas ni menos que un viaje de retorno al útero materno, los segundos me parecieron años. Sin embargo, esta ansiedad, taquicardias y miedo me llevaron a un despertar espiritual y fue a partir de ese momento que entré en contacto con el Tarot. Mis síntomas me alinearon con mi misión de vida. Desde esta vivencia puedo decir: No hay que temer al síntoma, sino que hay que aprender a comunicar con él.
El significado del termino enfermedad proviene del latín "infirmitas". Significa literalmente "falto de firmeza". Para mí la firmeza interna está en saber ocupar el lugar que te toca por orden cronológico y jerárquico dentro tu familia de origen (y siempre insisto, sin dejar de revisarte). ¿Porque? Porque es tentador salirte de tu sitio, porque por condición humana todos en menor o mayor medida buscamos amor, reconocimiento o aprobación y desde aquí nos entrometemos en los destinos ajenos. Para mí la debilidad interna está en ignorar u olvidar el lugar que te toca por destino ocupar dentro de tu familia de origen. Queda claro mentalmente que uno es hijo con sus padres, hermano con sus hermanos, sobrino con sus tíos, nieto con sus abuelos, bisnieto con sus bisabuelos. Pero para un niño no existe esta diferenciación racional y consciente. Desde la conciencia infantil queremos ser importantes, vistos, queridos, aceptados, pertenecientes y entonces nos ubicamos allí donde sentimos que podemos ser útiles. A esto le llamo arrogancia o omnipotencia del niño interior. Que cree que puede hacer felices, salvar, unir o curar a sus padres o familia. Ponernos en un lugar que no es el que nos toca por orden de nacimiento es antinatural, forzado y por consiguiente deteriora la salud. Visto así, el síntoma sería la cúspide de una torre que es la enfermedad. Dicho de otra forma, el síntoma es el aviso de una arrogancia inconsciente que es necesario mirar de frente y la enfermedad como tal es la persistencia de esta arrogancia que no se ha sido vista y transformada en humildad. Lo natural y por lo tanto saludable es ocupar el último lugar con respecto a los padres, tíos, abuelos y bisabuelos. Lo antinatural y por lo tanto enfermizo es tratar de sustituir a mamá, a papá, a un tío, a un abuelo o a un bisabuelo. ¿Cómo sabes si estás en tu sitio y no en el sitio de un ancestro? Si la vida es fácil, fluida y si te llega lo que necesitas sin esfuerzo o enormes sacrificios, estás bien colocado. Si la vida es difícil, enredada y si todo se te hace cuesta arriba, estás mal colocado. Por lo tanto la primera pregunta que te invito a plantearte es: ¿Cómo estoy situado/a en mi familia, ahora?
Tuve la gran oportunidad durante algunos años de combinar mi trabajo sanador con el Tarot, con mi trabajo como Naturopata y asesor dietetico en una tienda de alimentación ecológica. Todos los días hablaba con cientos de personas, y cuando ahondaba un poco en su historia de vida, terminaba descubriendo que todos estaban enojados con alguien de su familia o de su pasado. La rabia es enfado. Y enfadarse es rechazar. Y rechazar a un ancestro o a alguien que forme parte de tu destino, es negar la realidad que te ha tocado vivir. La negación del corazón, es la condena del cuerpo. Evidentemente, para llevar lo que ha dolido en la familia, o lo que te ha dolido de tu destino a tu corazón, primero hay que liberar en un contexto o marco terapéutico la queja, la rabia, el dolor y el juicio. Para después ir hacia un asumir completo, una gratitud completa y un perdón completo hacia uno mismo. Por lo tanto la segunda pregunta que te invito a plantearte es: ¿Con quién estoy enfadado/a? Cuando miro de frente lo que me dolió y lo asumo en lugar de culparme o acusar a nadie, entonces puedo a continuación perdonarme a mi mismo y cerrar los capítulos del pasado que quedaron abiertos y los cuales me estaban robando la energía vital y en definitiva, la salud.
Quiero añadir, que aquí no hago referencia en ningún momento a la curación (energía padre). Ya que esto está en manos de la medicina. Aquí hago referencia a la sanación (energía madre). Ya que está en manos de cualquier persona. Puede darse una curación en una persona y no la sanación y también puede darse una sanación en una persona y no la curación. La curación es física. La sanación es almica. Sin embargo el cuerpo se pone al servicio del alma y el alma se comunica a través del cuerpo. Es decir, se ayudan mutuamente. Cuando la enfermedad es un destino permanente, es tu maestra de vida. Cuando la enfermedad es un aviso temporal, es tu canal de información.
Y también creo necesario recordar que todos estamos empezando a sanar. No hay personas totalmente sanadas ni personas totalmente enfermas. En una persona "sana" sigue habiendo herida, en una persona "enferma" sigue habiendo salud.
Una de las cosas que más me sorprende es la naturaleza inmensamente generosa del cuerpo. Carga con todo lo que pensamos, con todo lo que sentimos, con todo lo que deseamos y rechazamos y con todo lo que hacemos. Es por eso, que no le agradecemos lo suficiente en el día a día el gran servicio que nos presta. Aquí te propongo una meditación sencilla que solo te llevará unos 10 minutos de tu tiempo cotidiano. Saludar a tus células, a tu sangre, a tu esqueleto, a tus tejidos, a tus músculos, a tus órganos y también a todos los territorios que pisas. El territorio también influye en nuestro bienestar. Un cuerpo que es visto y reconocido no necesitará llamar nuestra atención mediante síntomas, molestias o enfermedades.
Respeto profundamente la honestidad del cuerpo. Podemos fingir las emociones o nuestras intenciones, pero el cuerpo delata la realidad interna que no hemos querido ver, aceptar o bien aquello que nos hemos empeñado en posponer. El cuerpo no se recrea con el pasado. El cuerpo no fantasea con el futuro. El cuerpo quiere vivir ahora.
Por eso considero que el cuerpo es la energía más humilde. Nos aterriza. Y nos avisa con sus movimientos cotidianos, en que nos tenemos que revisar, y que excluimos o reprimimos en el intelecto, en el corazón y en el sexo.
He observado dos actitudes humanas en relación a como nos posicionamos internamente con la enfermedad. Hay quién la rechaza y hay quién le coge cariño. Ni una ni otra llevan a la solución, visto desde el alma. Por lo tanto a quién se toma poco en serio la molestia le invito a mirarla con respeto y a quién se toma poco en serio la salud le invito a mirarla con respeto.
Lo que aquí te propongo no es darte un listado de síntomas y sus significados emocionales. Tampoco hacer diagnósticos ni ofrecerte tratamientos. Lo que aquí te propongo es un ejercicio interno profundo desde el cual aprendas a no posicionarte ni en contra ni a favor del síntoma, sino a mirar a través de él.
Lo que aquí te propongo no es darte un listado de síntomas y sus significados emocionales. Tampoco hacer diagnósticos ni ofrecerte tratamientos. Lo que aquí te propongo es un ejercicio interno profundo desde el cual aprendas a no posicionarte ni en contra ni a favor del síntoma, sino a mirar a través de él.
Bien. Mi propuesta para ti son 3 ejercicios prácticos, sencillos y a su vez reveladores con ayuda del Tarot o bien de fotografías, visualización y frases sanadoras que te permitirán sacar a la luz cual es tu colocación interna y por lo tanto inconsciente, con respecto a tu salud y/o síntoma. 1. Primero, si miras hacia la vida o hacia la muerte. 2. Segundo, si te falta por tomar a mama o ancestras de tu linaje femenino o bien a papa o ancestros de tu linaje masculino. 3. Tercero, si imitas una enfermedad de tu árbol genealógico.
La enfermedad o la salud son dos movimientos estrechamente y profundamente conectados a la vida y a la muerte. Cuando abro el Tarot observo en muchísimas ocasiones como mis consultantes y alumnos miran inconscientemente hacia la muerte. Concretamente hacia muertos de su árbol genealógico que han sido olvidados, ignorados, juzgados, rechazados, que no han tenido tumba o que no han sido despedidos.
La salud está al lado de quién mira hacia la vida conscientemente. La falta de salud está cerca de quién mira hacia la muerte inconscientemente. Te propongo un primer ejercicio. Piensa en un síntoma que estés padeciendo. La vida la vemos en el Arcano As De Oros y la muerte individual en el Arcano XIII Sin Nombre. Mezcla ambos arcanos y elige uno (sino tienes una baraja de Tarot, no te preocupes, elige dos fotografías del mismo tamaño, una que para ti represente la vida y otra que para ti represente la muerte y el procedimiento es el mismo). Si estás mirando inconscientemente a la muerte, te propongo una visualización, llámala y te la imaginas delante de ti en forma de presencia, energía o silueta, tal vez detrás veas al muerto que ha sido excluido, o no, tan solo dí la siguiente frase sanadora: "Te veo. Tu estás en la muerte y yo sigo en la vida. Y en tu honor, a partir de ahora le sacaré el máximo provecho". Y ahí siente y observa si algo cambia dentro de ti. Si estás mirando conscientemente a la vida, te propongo una visualización, llámala y te la imaginas delante de ti en forma de presencia, energía o silueta, tal vez detrás veas a mamá, a papa o a un ancestro, o no, tan solo dí la siguiente frase sanadora: "Te veo. Te sujeto. Te aprovecho". Y ahí siente y observa si algo cambia dentro de ti. Los muertos descansan cuando son vistos y cuando los vivos viven sus vidas. Los vivos viven cuando se despiden de los muertos y cuando honran el espacio que estos hicieron.
He observado en muchas lecturas de Tarot que hay algunos síntomas que si guardan relación con excluir en el corazón a mamá y al linaje femenino o bien a papá y al linaje masculino. También con empatizar y posicionarse inconscientemente al lado del sufrimiento de un linaje pero excluir el sufrimiento del otro.
De mamá tomamos la salud física y la salud emocional, y del linaje femenino la sabiduría física y la sabiduría emocional, cuando respetamos, honramos y llevamos al corazón con humildad (en lugar de desvalorizarlo por arrogancia o ignorancia) el precio entero que pagaron las mujeres de mi sistema por ser las portadoras de la vida.
De papá tomamos la salud mental y la salud vital, y del linaje masculino la sabiduría mental y la sabiduría vital, cuando respetamos, honramos y llevamos al corazón con humildad (en lugar de desvalorizarlo por arrogancia o ignorancia) el precio entero que pagaron los hombres de mi sistema por ser los sostenedores de la vida.
No podemos separar salud de sabiduría. Ya que lo contrario a la sabiduría es el sufrimiento. Y el sufrimiento, sea adoptado del árbol o bien generado por mi individualidad, cuando es constante, puede terminar derivando en falta de calidad de vida. De hecho mis células tienen toda la sabiduría de mis ancestros, que supieron superar muchas adversidades, entre ellas algunas que otras enfermedades. Así como también mis células recogen todo el sufrimiento que no ha sido visto, reconocido y transmutado.
La salud está justo allí donde empezó tu rechazo. La enfermedad está justo allí donde terminó tu aceptación. Te propongo un segundo ejercicio. Piensa en un síntoma que tengas actualmente. Mezcla los 4 arcanos siguientes: Papisa y Emperatriz, Sumo Sacerdote y Emperador. Elige uno (sino tienes una baraja de Tarot, no te preocupes, elige una fotografía de tu madre y otra de tu padre y dos fotografías una con un linaje femenino y otro con un linaje masculino, todas del mismo tamaño). Si eliges a La Emperatriz llama al alma de tu madre, imagina como acude a tu llamado presentándose con su energía, presencia o silueta delante de ti. Dile la siguiente frase sanadora: "Si. Honro tu precio entero". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o "relación" con tu síntoma. Si eliges a La Papisa llama a las mujeres de tu linaje por rama materna y paterna (mama, tías, abuelas y bisabuelas), imagina como acuden a tu llamado presentándose con sus presencias, energías o siluetas delante de ti. Diles la siguiente frase sanadora: "Si. Honro entero vuestro sufrimiento". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o "relación" con tu síntoma. Si eliges a El Emperador llama al alma de tu padre, imagina como acude a tu llamado presentándose con su energía, presencia o silueta delante de ti. Dile la siguiente frase sanadora: "Si. Honro tu precio entero". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o "relación" con tu síntoma. Si eliges a El Sumo Sacerdote llama a los hombres de tu linaje por rama materna y paterna (papa, tíos, abuelos y bisabuelos), imagina como acuden a tu llamado presentándose con sus presencias, energías o siluetas delante de ti. Diles la siguiente frase sanadora: "Si. Honro entero vuestro sufrimiento". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o relación con tu síntoma.
Por último. La enfermedad se puede imitar. La enfermedad da buena conciencia y sentido de pertenencia familiar, social y cultural. Sin embargo, lo que más libera el alma de los padres y de los ancestros, es que el descendiente mire a la vida y la celebre, en lugar de mirar o estar pendiente de cambiar, mejorar o corregir el pasado. Cuando imitamos inconscientemente le decimos al ancestro una frase limitante: "yo como tu". Con el pensamiento infantil y mágico de que así el ancestro se sentirá menos solo o más aliviado de su destino. Te propongo el último ejercicio. Pon el mago delante de ti o bien una foto tuya. Piensa en tu síntoma. Mezcla los arcanos de La Papisa, La Emperatriz, El Emperador y El Sumo Sacerdote (o bien las fotografías que utilizaste para el ejercicio anterior). Elige uno. Si eliges la emperatriz o el emperador, imitas a mamá o a papá. Llama al alma de tu progenitor con el cual estás intrincado, visualizalo delante de ti y dile las dos siguientes frases sanadoras: "Mama. Papa. Yo como tu". A continuación añade: "Tu con tu destino y yo con el mío". Si eliges a la papisa o al sumo sacerdote, imitas al linaje femenino o al linaje masculino. Llama a las alma del linaje con el cual estás intrincado, visualiza delante de ti a las mujeres o hombres de tu linaje y dile las dos siguientes frases sanadoras: "Queridas mías o queridos míos. Yo como vosotros o como vosotras". A continuación añade: "Vosotros o vosotras con vuestro destino y yo con el mío".
Evidentemente, para un trabajo más profundo de toma de conciencia y de integración, es imprescindible abordar el síntoma o la enfermedad desde el carácter, la familia, el alma y el espíritu en conjunto. Una sesión individual te permite ver cual es tu situación especifica y que solución es la perfecta para ti. Más información aquí: http://ismaelsancheztarotmarsella.blogspot.com/2018/09/sesiones-presenciales-online-de-tarot.html
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De mamá tomamos la salud física y la salud emocional, y del linaje femenino la sabiduría física y la sabiduría emocional, cuando respetamos, honramos y llevamos al corazón con humildad (en lugar de desvalorizarlo por arrogancia o ignorancia) el precio entero que pagaron las mujeres de mi sistema por ser las portadoras de la vida.
De papá tomamos la salud mental y la salud vital, y del linaje masculino la sabiduría mental y la sabiduría vital, cuando respetamos, honramos y llevamos al corazón con humildad (en lugar de desvalorizarlo por arrogancia o ignorancia) el precio entero que pagaron los hombres de mi sistema por ser los sostenedores de la vida.
No podemos separar salud de sabiduría. Ya que lo contrario a la sabiduría es el sufrimiento. Y el sufrimiento, sea adoptado del árbol o bien generado por mi individualidad, cuando es constante, puede terminar derivando en falta de calidad de vida. De hecho mis células tienen toda la sabiduría de mis ancestros, que supieron superar muchas adversidades, entre ellas algunas que otras enfermedades. Así como también mis células recogen todo el sufrimiento que no ha sido visto, reconocido y transmutado.
La salud está justo allí donde empezó tu rechazo. La enfermedad está justo allí donde terminó tu aceptación. Te propongo un segundo ejercicio. Piensa en un síntoma que tengas actualmente. Mezcla los 4 arcanos siguientes: Papisa y Emperatriz, Sumo Sacerdote y Emperador. Elige uno (sino tienes una baraja de Tarot, no te preocupes, elige una fotografía de tu madre y otra de tu padre y dos fotografías una con un linaje femenino y otro con un linaje masculino, todas del mismo tamaño). Si eliges a La Emperatriz llama al alma de tu madre, imagina como acude a tu llamado presentándose con su energía, presencia o silueta delante de ti. Dile la siguiente frase sanadora: "Si. Honro tu precio entero". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o "relación" con tu síntoma. Si eliges a La Papisa llama a las mujeres de tu linaje por rama materna y paterna (mama, tías, abuelas y bisabuelas), imagina como acuden a tu llamado presentándose con sus presencias, energías o siluetas delante de ti. Diles la siguiente frase sanadora: "Si. Honro entero vuestro sufrimiento". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o "relación" con tu síntoma. Si eliges a El Emperador llama al alma de tu padre, imagina como acude a tu llamado presentándose con su energía, presencia o silueta delante de ti. Dile la siguiente frase sanadora: "Si. Honro tu precio entero". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o "relación" con tu síntoma. Si eliges a El Sumo Sacerdote llama a los hombres de tu linaje por rama materna y paterna (papa, tíos, abuelos y bisabuelos), imagina como acuden a tu llamado presentándose con sus presencias, energías o siluetas delante de ti. Diles la siguiente frase sanadora: "Si. Honro entero vuestro sufrimiento". Luego siente y observa si algo ha cambiado en tu percepción o relación con tu síntoma.
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Actualmente facilita y dirige cursos, conferencias, talleres, sesiones individuales y psico-encuentros colectivos de Tarot Caracterológico & Genealógico & Terapéutico & Evolutivo orientado a terapeutas, formadores y buscadores.
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