Si quieres ayudar. Mantente solo presente, y asiente a todo lo que
acontece en la vida del otro. Sea lo que sea. Eso permite a cada quien
liberarse de su propio juicio. Te dices: "Te acompaño sin intención. Te
escucho sin miedo. Te respeto sin condición". Si deseas cambiar algo en
la vida del otro, no ayudas. Solo interfieres. Añades o bien coges más
cargas. Eso daña a cada quien y perpetua su propio ego-víctima. Te
dices: "Me pongo por encima tuyo, yo te dirijo. Me hago cargo de ti, yo
te sostengo. Me sitúo delante de ti, yo te enseño".
No hay comentarios:
Publicar un comentario