Cuando te despides de una relación, de un trabajo, de un país, de un
hogar o de cualquier situación, no sólo es un adiós físico, también
estás soltando una memoria, una conducta o un patrón de tu vida.
Por
eso, se amable contigo mismo/a y date un tiempo para sentir esto: "Te he
tomado con amor y te dejo ir con amor, he respetado tu llegada y
también ahora tu partida, en mi corazón siempre has tenido y tendrás un
buen lugar y es a partir de este momento que decido mirar hacia
adelante, gracias".
No hay comentarios:
Publicar un comentario